jueves, 8 de abril de 2021

El sarantontón

Es primavera y el sarantontón no visita como cada año en estas fechas. Pero, ¿no es verdad que este año ha habido una auténtica invasión?

Pero, ¿y porqué hoy hablo del sarantontón?

 

El vocablo sarantontón es una de las palabras canarias que más me gusta. El diccionario de la Academia Canaria de la Lengua lo define como pequeño insecto coleóptero, de cuerpo semiesférico, alas membranosas muy desarrolladas y élitros anaranjados o rojos con varias pintas negras.

 

Para los españoles de fuera de las islas, este insecto se llama “mariquita” y en otros países de habla hispana lo denominan: mariquitilla, vaquita de San Antonio, vaquita de San Antón, chinita, xoaniña, maruxiña, Catarina o San Antonio. Incluso, en alguna de las islas occidentales canarias se le conoce con los nombres de sanantón o sanantonio.

 

Lo que es cierto es que el sarantontón es de los insectos más agradables y bonitos y, sobretodo,  es muy beneficioso para la agricultura porque se alimenta de pulgones. Tanto es así, que en un ayuntamiento chicharrero,  las capturaron en una caja de cartón y posteriormente las soltaron en los jardines municipales para acabar con los pulgones.

Yo hago algo parecido. Si bien es cierto que no las capturo en cajas de cartón, cada vez que veo alguno lo traslado a mis hibiscos. Son depredadores natos de pulgones.

 


Y, me ha venido este insecto a la cabeza porque este año hemos tenido una auténtica plaga en Lanzarote. Tanto, que una vez que mueren (me da que no viven muchos días) los barres como si de migas de pan se tratara. Claro, que mejor es una plaga de sarantontones que no de langostas, que algún año ya as hubo.

 

Por cierto, ¿sabías que en la isla de Tenerife, a la libélula le llaman “folelé”?

 

©Mario M. Relaño

 

martes, 6 de abril de 2021

La gran grieta de Montaña Blanca

 

Hoy circulamos entre los pueblos de Tías y San Bartolomé, porque Raúl nos ha hablado de una cueva que merece la pena visitar.

 

A nuestra izquierda vemos el volcán de Montaña Blanca con una altura de 599 metros. Este es nuestro punto de salida. Allí mismo dejamos el coche y, a pesar de que no hay señal alguna, una excavación o barranco en la montaña nos indica que ese debe de ser nuestro destino.

 

Nos disponemos a visitar una cueva de la cual desconocemos el nombre, y que quizás si algún conejero leer esto me pueda contactar para indicarme.

 

No hay que caminar mucho porque según ascendemos desde la base de la montaña se divisa la gran grieta que es esta cueva.

La cueva no es otra cosa que un resquebrajamiento de las placas del volcán, pero es muy profunda, alta y espectacular.

 






Una vez visitada y saliendo fuera, merece la pena seguir subiendo para ver la grieta desde lo alto.

 

©Mario M. Relaño


jueves, 1 de abril de 2021

Torrijas de Lanzarote

 

Es momento de torrijas. Estamos en Semana Santa. Las torrijas son el postre estrella en gran parte del territorio nacional en estas fechas. Es cierto que se preparan de tantas formas como regiones diferentes tenemos en el país. Por eso, hoy quiero hablaros de las deliciosas torrijas de Lanzarote.

Si bien es cierto que en la mayoría de regiones de España las torrijas se hacen con pan, en Lanzarote  las preparamos con harina y luego cada uno la endulza a su gusto, con miel, azúcar, etc.

Pero veamos cómo se prepara este delicioso postre de Semana Santa en nuestra isla.

 

Toma nota de los ingredientes que hemos usado:

 

.- 1 huevo

.- 1 vaso de leche

.- Ralladura de una naranja

.- 1 cucharadita de canela en polvo

.- 1 cucharada de matalahúva (anís)

.- 3 ó 4 cucharas soperas de azúcar

.- Harina

.- Aceita de oliva

.- Cucharada de vino dulce

.- Pizca de sal

 

En mi caso, y debido a las intolerancias alimenticias, hemos sustituido la leche entera normal por leche sin lactosa y la harina de trigo por harina de trigo espelta.

 

Batir los huevos en un recipiente, añadir el azúcar y mezclar bien. Después incorporamos la ralladura de la naranja, la cucharadita de canela, la matalahúva (ligeramente molida) y la pizca de sal. Se mezcla todo bien y añadimos la leche y el vino dulce. Entonces se incorpora la harina y mezclamos con una varilla cuidando que no se formen grumos. La textura no debe quedar muy espesa.

Ponemos a calentar el aceite en una sartén. Una vez caliente, echamos con un cucharón la mezcla  formando una especie de tortita. Controlar la fritura para darle la vuelta y que se dore también por el otro lado.

 

A la hora de servir, se puede tomar con miel, azúcar, etc.

 

Son muy fáciles y están muy ricas.

¡Qué aproveche!

 

P.D. Doy las gracias a mi cocinero particular David de la Merced, que ha sido el encargado de prepararlas para que las disfrutemos nosotros.

 

©Mario M. Relaño